Alfombras occidentales

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Alfombras occidentales
Las principales variedades, atendiendo a la denominación de origen, son las escocesas, las flamencas, las moquetas y las inglesas. Las primeras, fabricadas mecánicamente con telares Jacquard, tienen el pelo sin recortar y son reversibles; proceden principal-
mente de Escocia, norte de Inglaterra y los Estados Unidos.
Las alfombras flamencas se conocen también con el nombre de alfombras de Bruselas; de fabricación igualmente mecánica, presentan el pelo rizado en forma de ojal, muy similar al terciopelo y de bastante parecido a las anudadas manualmente, por cuyo motivo pueden ser confundidas con frecuencia por los no entendidos.
Las alfombras inglesas, tipo Wilton y Axminster, imitan en el tejido a las orientales anudadas a mano, tienen el pelo corto, for-
mando penachos aterciopelados.
Y en cuanto a las moquetas, son muy parecidas en la textura a las últimamente citadas, tienen la urdimbre del fondo de algo-
dón, cáñamo o lino y el dibujo es de estambre.
Ahora bien; en la práctica, generalmente se utilizan alfombras del país, pues muy rara vez se recurre a los géneros de importación para complementar una instalación de interiores. Las alfombras nacionales en unos casos reciben denominaciones similares,
para determinar la calidad adoptada; pero en otros prefieren utilizar su prppia terminología. Por lo demás, la industria europea,
en general, ha logrado alcanzar un cierto nivel de calidad bastante uniforme, que en gran parte hace innecesario establecer las anteriores distinciones. Así, la clasificación precedente tiene un valor puramente anecdótico, que si puede servir de auxiliar imprescindible en la determinación de origen de ejemplares antiguos, caso que no suele ser frecuente en las relaciones profesionales de un decorador actual, en la mayoría de las instalaciones de viviendas que se acometan, se trabajará a base de materiales contemporáneos, prescindiendo por completo de los grupos citados.
Desde un punto de vista práctico, que es aquel más interesante para situar el estudio del alfombrado en su justo medio, y prescin-
diendo del dibujo y del color, a los que consideraremos como factores externos variables, las alfombras se dividirán en tejidos lisos
y tejidos rizados o con pelo. En su mayoría es la lana el material empleado, a veces se mezcla con algodón y, en la actualidad, la in-
dustria ha conseguido extraer de este último unas posibilidades que, en otras épocas, se hubieran juzgado inalcanzables. También
tienen singular importancia las fibras de tipo sintético.
Las alfombras lisas, son tejidos de nudo más o menos grueso, a los que ha sido cortado de raíz el pelo. De aspecto
un tanto rústico, suelen resultar muy adecuadas para ambientaciones actuales. Una variedad de gran aceptación es la denominada
de bucle (fig. 176), cuyo mismo nombre indica la diferencia a establecer. Según la trama se llaman «labradas» y «moquetas».
Se llaman alfombras de pelo, a todas aquellas que presentan la superficie compacta y más o menos rizada por la existencia de
vello o pelusa, como consecuencia de cardar y peinar posteriormente el anverso de la alfombra. Cuando el pelo es corto y muy fino,
adquiere un aspecto aterciopelado muy similar a las calidades tradicionales de las calificadas flamencas e inglesas.
Cuando el pelo es grueso y alcanza cierta altura, recibe diversas calificaciones, entre las que merecen destacarse el mal llamado
rizo, el trébol y el césped.
Y por último, destacaremos los acabados peludos, de largos penachos muy finos, que imitan la piel animal del oso, aunque con el
tacto mucho más suave, de gran actualidad.
Limitación de colores
En las alfombras anudadas a mano, no existe limitación en el número de colores, pero en las fabricadas por procedimientos me-
cánicos el número a utilizar es el de cinco fundamentales para los tipos Bruselas y Wilton; en las aterciopeladas se puede aumentar
bastante este número.
Alfombras de piel animal
Como su nombre indica, estas alfombras proceden de una piel animal más o menos corriente; la mayoría de los ejemplares derivan del cordero y de las reses vacunas, aunque también tienen aceptación las de ciertos astados, como ciervos,
renos, gamos, etc.

Entre las pieles exóticas más valiosas, están el oso, el tigre, el leopardo, la pantera y la foca, entre otras.

Las grandes marcas de alfombras como Nanimarquina, Gan o alfombras KP, tienen como base en algunos diseños estos modelos de alfombras